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“Adiós Gabriel”
os
semanas después, Gabriel y yo salíamos a todas partes juntos, conocí a sus
amigos y él a los míos, incluso a sus padres conocí, sin embargo el no pudo
conocer a los míos, ya que siempre estaban de viaje, la verdad es que la mayor
parte del tiempo la pasaba solo en mi casa, oportunidad que con Gabriel
aprovechábamos para quedarnos en mi casa a ver películas, leer, comer o
simplemente pasábamos la noche juntos, todo de él me gustaba, sus caricias, su
voz, su actuar, su manera de ser, como me trataba, como me regaloneaba, como
era en la cama, pero de un momento a otro todo fue cambiando, él
definitivamente ya no era el mismo, algo estaba cambiando pero no sabía que.
Una mañana note que no estaba acostado a
mi lado como siempre, me levante de la cama, cogí mi ropa y salí de la
habitación con la esperanza de encontrarlo en la cocina preparando el desayuno
tal vez en el baño duchándose después de nuestra noche, aunque mi corazón se
encogió en el momento en que desperté y no estaba a mi lado, ya había pasado un
tiempo desde que lo conocí y desde siempre mis sentimientos eran leales hacia
él, sin dudarlo algo me estaba pasando con él, aunque no estaba seguro de si
sus sentimientos por mi eran iguales, al menos lo ocurrido la noche anterior
dejaba de manifiesto que si era importante para él o al menos eso dio a
entender. Me di cuenta de lo hermoso que era el departamento, las paredes de
color crema, un piso con parque, muebles negros y un largo sofá del mismo color
acompañado de dos más pequeños con las mismas características, los muebles de
la cocina eran negros también igual que los artefactos electrónicos, Salí al balcón
y pude notar la altura en la que estaba el departamento, observe la ciudad casi
desierta, era domingo de mañana y claramente todo el mundo estaba durmiendo o a
lo menos descansando para salir más tarde y disfrutar de la familia, pero yo no
estaba con esos planes, me encontraba solo en el departamento de una persona
que no conocía, la cual era la mejor amiga del chico con el que había pasado la
noche y que además me encantaba hace un tiempo.
Después de hacer la cama y ordenar la
pieza, me vestí pues no quería usar l ducha del departamento, abusar de la
confianza de una chica que solo había visto por un par de minutos, tome mi
bolso y me fui del departamento, Gabriel nunca llegó se desapareció como el
humo de un cigarro en el aire, al cerrar la puerta sentí un dolor en el
corazón, no había rastro de él por ningún lado y eso me partía el alma, tome mi
celular y marque su número pero la llamada era transferida al buzón de voz.
Corte la llamada pues no quería dejarle un mensaje que quizás nunca iba a escuchar
y además yo necesitaba saber de él, necesitaba comprender porque motivo no
estaba abrazándome al despertar, desesperado pensaba en mil y una opción, pero
debía estar tranquilo seguramente todo tendría una explicación lógica. Espere
durante todo el día su llamado, en Facebook, MSN, Skype, WassApp nunca
apareció, ya la situación me preocupaba, volví a llamarle pero siempre
escuchaba la voz de su buzón de voz, después de llamarlo miles de veces me
decidí a dejarle un mensaje de voz.
“Gabriel,
por favor contesta mis llamadas, en la mañana cuando desperté no estabas,
necesito saber qué es lo que paso, te quiero”
Pase todo el día esperando una respuesta
que jamás llego, por las noches desconecte todo en realidad me puse como
desconectado y apareció el puntito verde de su chat, comprendí inmediatamente
que él no quería hablar conmigo, me recorrió una angustia y sin querer brotaron
lágrimas de mis ojos. Apague el computador y me dispuse a dormir, en ese mismo
instante suena mi celular, era un mensaje de texto de Gabriel.
“Perdón por
desaparecerme durante todo el día, puedo imaginar que piensas lo peor de mí y
no te culpo, pero se me presento un problema grave que me tuvo realmente
ocupado, por favor perdóname y veámonos mañana, espero respondas y yo igual te
quiero”
Mire el celular y pensé un momento, luego
comencé a escribir la respuesta diciéndole que todo estaba bien y que si quería
verlo mañana, sin embargo antes de enviarle el mensaje dude un minuto y decidí
no hacerlo, no podía demostrar tanta debilidad, el me dejo solo por la mañana
después de haber pasado la noche conmigo, no era justo para mi haber pasado
todo el día mal esperando una respuesta o una señal de que estaba bien, así que
borre el mensaje y deje el celular sobre el velador.
Me costó mucho dormir esa noche, no podía
dejar de pensar en él y además quería saber que sucedió, tome el celular y le
envíe un mensaje para decirle que si lo quería ver y que nos juntáramos al
medio día en el café Astoria.
Llegue puntualmente al café, Gabriel aun
no aparecía, entre y senté en una mesa a esperar que el llegara, el mozo
apareció y me ofreció la carta, la leí detenidamente, después de un rato
observando el menú de variedades opte por pedirle un trozo de torta y un
capuchino, el mozo tomo el pedido y se fue. Mire en mi reloj ya eran las doce y
media del día y no había rastro de Gabriel, ya estaba perdiendo las esperanzas
de verlo, cuando llego el mozo con el pedido estaba y detrás de él un ramo de
rosas azules, el corazón me latía a mil por hora al darme cuenta que detrás de
esas rosas se encontraba Gabriel, emocionado lo mire, en el café había más
gente pero al parecer eso no importo, él llego a la mesa y me dijo perdóname
por desaparecerme, se acercó a mí, nuestros ojos se unieron y el resto
desapareció, nuestros labios se unieron en un beso que demostraba mucho amor y
a su vez una disculpa sincera, nos sentamos, observe de reojo el resto de la
gente, algunos miraban sorprendidos, en otros había cara de espanto o de
aprobación, pero nada de eso me importaba, pues el chico que me gusta estaba
demostrando que yo si era importante para él y eso era lo que contaba para mí,
nada más. Gabriel se sentó y pidió un cortado y un trozo de pie de limón, nos
pusimos a conversar sobre muchas cosas, y entre esas cosas me conto el problema
del día anterior, comprendí todo y le brinde mi apoyo y las gracias por confiar
en mí y contarme sus problemas familiares, entre risas y una rica conversación
se pasó la tarde, después fuimos a caminar al parque yo me sentía en las nubes,
todo era maravilloso poco a poco Gabriel pasaba a ser alguien muy importante en
mi vida.
***
Después de salir durante un par de meses,
note que algo no estaba bien, ya Gabriel no era el mismo hacer la vista gorda a
aquel asunto, cambiaria todo de alguna forma, pero estaba muy equivocado, su
cambio era notable y me di cuenta lo tonto que había sido por pensar que
al , en sus besos notaba distancia, sus
caricias me parecían ajenas, le pregunte que pasaba y su respuesta solo era un silencio,
no entendía el motivo de su cambio, nuestras salidas al parque, de noche
nuestras caminatas a la orilla de la playa, nuestros paseos en la moto, pero
todo se iba al carajo por alguna razón, después de muchos intentos fracasados
porque él me confesara que era lo que realmente sucedía, me dijo que no pasaba
nada, simplemente estaba preocupado por la situación de su madre.
Aquella noche todo fue normal, casi tan
intenso y hermoso como antes, Gabriel recorría mi cuerpo sus manos me hacían
estremecer, todo era como alguna vez fue, sin embargo note algo extraño en su
actuar. A la mañana siguiente desperté me regalo, ya marchitas por el tiempo y
me estremecí al pensar de que lo mismo nos ocurría a nosotros. Después de un
momento Gabriel entra en la habitación completamente vestido, me pareció raro
ya que siempre se quedaba largo rato conmigo regaloneando en la cama, sin
embargo algo era diferente ahora.
- Te levantaste temprano hoy, ¿ocurre algo?
- No, nada, solo que debo irme, o quieres tenerme
amarrado todo el día
- Y dices que no ocurre nada, solo escúchate como
me hablas
- Lo siento ¡estoy cansado!
- ¿Cansado? ¿De qué?
- De fingir que somos la pareja feliz, cuando la
verdad es que no puedo estar contigo.
- ¿No puedes estar conmigo? Y eso, ¿Cuándo lo
decidiste?
- No viene al caso que lo hablemos ahora, de verdad
no quiero herirte y espero algún día logres comprender, pero ahora debo irme,
lo nuestro ya no tiene vuelta.
- No quieres hablar, pues mal me parece, pero está
bien si quieres irte no te voy a retener.- mientras decía estas palabras mi
corazón se encogía, no quería demostrar debilidad ante Gabriel, sin embargo fue
imposible no derramar una lagrima de despedida, me sentía devastado, solo
quería despertar de ese mal sueño, pero poco a poco notaba que era todo realidad.
- Me voy, fueron momentos muy listos pero no puedo
seguir adelante.
Gabriel giró el picaporte de la puerta y
lo giro en el momento en que esta quedo completamente abierta puso un pie fuera
de la habitación, se voltio una vez más para decirme adiós y que lo sentía y
nuevamente me dio la espalda, pero yo debía saber algo más y no dude en
preguntárselo.
- Antes de irte, solo respóndeme una cosa, ¿Cuál ha
sido mi error?
- ¡Enamorarte de mí!
- No te entiendo
- Haber, aun con todo lo bello que has sido conmigo
y a pesar de esos momentos maravillosos que hemos pasado juntos, momentos
inolvidables lo juro, todo ha sido hermoso, sin embargo…
- ¡Sin embargo que!
- Sin embargo él aún está presente, trate de
olvidarlo pero se me ha vuelto imposible hacerlo, por eso no puedo estar
conmigo, espero algún día lo comprendas, adiós.
Solo
dijo esas palabras y salió de la habitación, sabía que jamás regresaría, que al
momento de cruzar la puerta ya nada iba a ser igual, mis ojos se nublaron
completamente y las lágrimas no se hicieron esperar. Lo había perdido para
siempre, escuche el sonido de su moto, mire por la ventana y lo vi alejarse,
para jamás volver.