sábado, 27 de mayo de 2017

ATRAPADO EN TU RED



Susurraste un te quiero e Inundaste mi alma de sueños y anhelos…
Tuve miedo a caer, pero creí que podía confiar…
Me aterraba volver a lo mismo.
Volver a tropezar una y otra vez, malgastando la vida…

Entonces, comprendí los silencios y las miradas escurridas,
Pensé que seríamos todo, sin embargo no fuimos nada.
Solo nos quedó un torbellino de preguntas sin respuestas.

Cerrar los ojos, y recordar la madrugada en que nos unimos,
En que me dijiste por primera vez, todo va a andar bien.
Yo era un chico en llamas en busca de tu calor,
Esos brazos ardiendo de deseos
Cuyo fuego quemaba hasta el rincón más recóndito de mi alma.

Pero todo lo que empieza, tarde o temprano se acaba
Y en esta historia cuando el fuego se apagó y quedó el hambre.
Me di cuenta que realmente nunca fuiste mío,
Solo fueron promesas de una noche, un abrazo roto,
Una caricia muda o una sonrisa muerta.

Pero sé que aún estoy encadenado,
A mil momentos que siguen albergando en mi mente,
Que la alimentan de una energía misteriosa y familiar,
Una energía altamente peligrosa, y aterradora.

Sé que en cualquier momento puedo caer,
Pero abro mis alas e intento escapar,
Aunque solo consigo atarme más a ti.

Me alejo y no vuelvo a ti,
Pero las cadenas y los muros que he construido
Hoy se han convertido en mi hogar…
Y por más que me rehúse es inevitable.
Me encuentro atado a ti.

sábado, 6 de mayo de 2017

EL SEÑOR NO



I
Primer Acto

Estaba devastado, acababa de enterarme de la gran noticia a la cual siempre le tuve respeto, y más que respeto pánico. Mi vida realmente cambiaría desde ese momento, todo lo que había vivido hasta ese momento debería ser guardado para no volver a surgir, tomaría nuevas medidas, pero debía ser fuerte, aunque debía resignarme a que desde ahora que todo sería distinto, que no podría conocer a nadie más, ni siquiera en plano de amistad. Que todo había sido muy bello para mí, pero que sin dudas llegaba a un fin, un término de ciclo. 

Abrí grinder, quería conocer gente en mi misma situación, aunque no me daba el cuero de decirlo tan abiertamente, solo mis amigos más cercanos lo sabían, ni siquiera lo sabía mi familia. Pero de la nada me habló un chico misterioso, no podía ver su foto de perfil, porque en realidad aparecía un tercio de su rostro y parte de su cuerpo. Sin embargo llamó mi atención la amabilidad de sus palabras y bueno que compartíamos el gusto por Pokémon. Definitivamente era un chico muy agradable y además psicólogo, una profesión que me encanta y a la vez me asusta.

Fue pasando el tiempo, y diariamente nos hablábamos, era interesante el chico, poco a poco supe más cosas de él, cosas un poco triviales y de sus gustos, así como me enteré de sus preferencias, realmente no me interesaba conocer esa faceta, pues mis intenciones hasta ese momento eran otras.

Un Amor No Correspondido



Simplemente nos miramos y todo fluyó mágicamente, al menos eso yo creía, aquella tarde de lluvia Jorge y yo íbamos caminando y conversando de mil cosas, de sus miedos y los míos, en un momento un abrazo inesperado me hizo pensar que todo estaría bien y que este era el indicado.

Fueron semanas viviendo los más bellos momentos, en donde poco a poco mi amor por él iba creciendo, tardes cocinando juntos, viendo una película, o simplemente caminando por el bosque, recorriendo la playa, burlándonos de la vida y observando el horizonte pensando en que no habría más. Todo iba fluyendo de maravillas.

Hasta que un día nos volvimos a ver, pero su mirada no era la misma, caminamos por caminos antes transitados. Nos detuvimos en aquella esquina, que hoy miro con nostalgia. Me miró fijamente a los ojos y me dijo: “Lo nuestro no puede ser, porque estoy enamorado de otro”. Mi corazón se rompió en mil pedazos, miré hacia su lugar, el que lentamente abandonaba para perderse a lo lejos, en ese momento supe que jamás sabría algo de él. Y me quede deshecho.

Luego miré al cielo con resignación, y pensé… vendrá algo mejor y entonces sonreí.

miércoles, 12 de abril de 2017

FUIMOS



Por la mañana mi mirada esquivaba el nuevo sol,
Mis oídos esquivando tu voz cobarde,
Quien se excusa bajo banalidades incoherentes…
Mientras el llanto se emancipa  estrepitosamente,
Dejando de obedecer mi cordura y mi racionalidad.

En mi tristeza nadie puede mandar,
A pesar del dolor sigo de pie…
Mi buen corazón debes ser fuerte e intentar sonreír.
Porque esta solo fue una prueba más.

Estas paredes que tienen claro lo que pasó…
Quizás nuestro cielo se llenó de estrellas, las que opacaron nuestra luz,
Nos creímos invencibles, pero el amor se nos apagó,
Dime… ¿Qué nos pasó?

Manos torpes que acarician mis mejillas por temor,
Esa inseguridad de ser feliz,
Ese miedo a volar libre, por temor al fracaso,
Pero… solo quien vuela, puede amar y defender sus caídas.

Fuera discutía el clima, el ruido era ensordecedor,
Pero lo que el viento a destrozado, la pena lo revive, sólo corre y déjame llorar,
Simplemente fuimos lo que nunca fuimos,
Fuimos solo lo que nos prometimos aquella noche, y nos faltó valor…

Pienso a veces en ti,
Mil recuerdos a la mente me vienen.
Me pregunto si habrás pensado en mí,
Si llegaste a sonreír, si llegaste a ser feliz.

Rompí las normas, fui en búsqueda de mi destino,
Mi indulgencia me hizo soportar tanto mal.
Es la historia de mi vida, con altos y bajos…

Caí tanto y me levantaba sin llorar,
Fui azotado una y mil veces, pero me puse de pie,
La realidad me devastó, hasta dejarme sin aire,
Sin alas para volar, toqué fondo y me resigné…

Y llegaste tú… Pero todo fue una utopía.

domingo, 5 de marzo de 2017

El Chico de la Motocicleta



4
“Adiós Gabriel”




D
os semanas después, Gabriel y yo salíamos a todas partes juntos, conocí a sus amigos y él a los míos, incluso a sus padres conocí, sin embargo el no pudo conocer a los míos, ya que siempre estaban de viaje, la verdad es que la mayor parte del tiempo la pasaba solo en mi casa, oportunidad que con Gabriel aprovechábamos para quedarnos en mi casa a ver películas, leer, comer o simplemente pasábamos la noche juntos, todo de él me gustaba, sus caricias, su voz, su actuar, su manera de ser, como me trataba, como me regaloneaba, como era en la cama, pero de un momento a otro todo fue cambiando, él definitivamente ya no era el mismo, algo estaba cambiando pero no sabía que.

     Una mañana note que no estaba acostado a mi lado como siempre, me levante de la cama, cogí mi ropa y salí de la habitación con la esperanza de encontrarlo en la cocina preparando el desayuno tal vez en el baño duchándose después de nuestra noche, aunque mi corazón se encogió en el momento en que desperté y no estaba a mi lado, ya había pasado un tiempo desde que lo conocí y desde siempre mis sentimientos eran leales hacia él, sin dudarlo algo me estaba pasando con él, aunque no estaba seguro de si sus sentimientos por mi eran iguales, al menos lo ocurrido la noche anterior dejaba de manifiesto que si era importante para él o al menos eso dio a entender. Me di cuenta de lo hermoso que era el departamento, las paredes de color crema, un piso con parque, muebles negros y un largo sofá del mismo color acompañado de dos más pequeños con las mismas características, los muebles de la cocina eran negros también igual que los artefactos electrónicos, Salí al balcón y pude notar la altura en la que estaba el departamento, observe la ciudad casi desierta, era domingo de mañana y claramente todo el mundo estaba durmiendo o a lo menos descansando para salir más tarde y disfrutar de la familia, pero yo no estaba con esos planes, me encontraba solo en el departamento de una persona que no conocía, la cual era la mejor amiga del chico con el que había pasado la noche y que además me encantaba hace un tiempo. 

     Después de hacer la cama y ordenar la pieza, me vestí pues no quería usar l ducha del departamento, abusar de la confianza de una chica que solo había visto por un par de minutos, tome mi bolso y me fui del departamento, Gabriel nunca llegó se desapareció como el humo de un cigarro en el aire, al cerrar la puerta sentí un dolor en el corazón, no había rastro de él por ningún lado y eso me partía el alma, tome mi celular y marque su número pero la llamada era transferida al buzón de voz. Corte la llamada pues no quería dejarle un mensaje que quizás nunca iba a escuchar y además yo necesitaba saber de él, necesitaba comprender porque motivo no estaba abrazándome al despertar, desesperado pensaba en mil y una opción, pero debía estar tranquilo seguramente todo tendría una explicación lógica. Espere durante todo el día su llamado, en Facebook, MSN, Skype, WassApp nunca apareció, ya la situación me preocupaba, volví a llamarle pero siempre escuchaba la voz de su buzón de voz, después de llamarlo miles de veces me decidí a dejarle un mensaje de voz.

“Gabriel, por favor contesta mis llamadas, en la mañana cuando desperté no estabas, necesito saber qué es lo que paso, te quiero” 

     Pase todo el día esperando una respuesta que jamás llego, por las noches desconecte todo en realidad me puse como desconectado y apareció el puntito verde de su chat, comprendí inmediatamente que él no quería hablar conmigo, me recorrió una angustia y sin querer brotaron lágrimas de mis ojos. Apague el computador y me dispuse a dormir, en ese mismo instante suena mi celular, era un mensaje de texto de Gabriel.

“Perdón por desaparecerme durante todo el día, puedo imaginar que piensas lo peor de mí y no te culpo, pero se me presento un problema grave que me tuvo realmente ocupado, por favor perdóname y veámonos mañana, espero respondas y yo igual te quiero”

     Mire el celular y pensé un momento, luego comencé a escribir la respuesta diciéndole que todo estaba bien y que si quería verlo mañana, sin embargo antes de enviarle el mensaje dude un minuto y decidí no hacerlo, no podía demostrar tanta debilidad, el me dejo solo por la mañana después de haber pasado la noche conmigo, no era justo para mi haber pasado todo el día mal esperando una respuesta o una señal de que estaba bien, así que borre el mensaje y deje el celular sobre el velador.

     Me costó mucho dormir esa noche, no podía dejar de pensar en él y además quería saber que sucedió, tome el celular y le envíe un mensaje para decirle que si lo quería ver y que nos juntáramos al medio día en el café Astoria. 

     Llegue puntualmente al café, Gabriel aun no aparecía, entre y senté en una mesa a esperar que el llegara, el mozo apareció y me ofreció la carta, la leí detenidamente, después de un rato observando el menú de variedades opte por pedirle un trozo de torta y un capuchino, el mozo tomo el pedido y se fue. Mire en mi reloj ya eran las doce y media del día y no había rastro de Gabriel, ya estaba perdiendo las esperanzas de verlo, cuando llego el mozo con el pedido estaba y detrás de él un ramo de rosas azules, el corazón me latía a mil por hora al darme cuenta que detrás de esas rosas se encontraba Gabriel, emocionado lo mire, en el café había más gente pero al parecer eso no importo, él llego a la mesa y me dijo perdóname por desaparecerme, se acercó a mí, nuestros ojos se unieron y el resto desapareció, nuestros labios se unieron en un beso que demostraba mucho amor y a su vez una disculpa sincera, nos sentamos, observe de reojo el resto de la gente, algunos miraban sorprendidos, en otros había cara de espanto o de aprobación, pero nada de eso me importaba, pues el chico que me gusta estaba demostrando que yo si era importante para él y eso era lo que contaba para mí, nada más. Gabriel se sentó y pidió un cortado y un trozo de pie de limón, nos pusimos a conversar sobre muchas cosas, y entre esas cosas me conto el problema del día anterior, comprendí todo y le brinde mi apoyo y las gracias por confiar en mí y contarme sus problemas familiares, entre risas y una rica conversación se pasó la tarde, después fuimos a caminar al parque yo me sentía en las nubes, todo era maravilloso poco a poco Gabriel pasaba a ser alguien muy importante en mi vida.

***

     Después de salir durante un par de meses, note que algo no estaba bien, ya Gabriel no era el mismo hacer la vista gorda a aquel asunto, cambiaria todo de alguna forma, pero estaba muy equivocado, su cambio era notable y me di cuenta lo tonto que había sido por pensar que al  , en sus besos notaba distancia, sus caricias me parecían ajenas, le pregunte que pasaba y su respuesta solo era un silencio, no entendía el motivo de su cambio, nuestras salidas al parque, de noche nuestras caminatas a la orilla de la playa, nuestros paseos en la moto, pero todo se iba al carajo por alguna razón, después de muchos intentos fracasados porque él me confesara que era lo que realmente sucedía, me dijo que no pasaba nada, simplemente estaba preocupado por la situación de su madre.

     Aquella noche todo fue normal, casi tan intenso y hermoso como antes, Gabriel recorría mi cuerpo sus manos me hacían estremecer, todo era como alguna vez fue, sin embargo note algo extraño en su actuar. A la mañana siguiente desperté me regalo, ya marchitas por el tiempo y me estremecí al pensar de que lo mismo nos ocurría a nosotros. Después de un momento Gabriel entra en la habitación completamente vestido, me pareció raro ya que siempre se quedaba largo rato conmigo regaloneando en la cama, sin embargo algo era diferente ahora.

-       Te levantaste temprano hoy, ¿ocurre algo?
-       No, nada, solo que debo irme, o quieres tenerme amarrado todo el día
-       Y dices que no ocurre nada, solo escúchate como me hablas
-       Lo siento ¡estoy cansado!
-       ¿Cansado? ¿De qué?
-       De fingir que somos la pareja feliz, cuando la verdad es que no puedo estar contigo.
-       ¿No puedes estar conmigo? Y eso, ¿Cuándo lo decidiste?
-       No viene al caso que lo hablemos ahora, de verdad no quiero herirte y espero algún día logres comprender, pero ahora debo irme, lo nuestro ya no tiene vuelta.
-       No quieres hablar, pues mal me parece, pero está bien si quieres irte no te voy a retener.- mientras decía estas palabras mi corazón se encogía, no quería demostrar debilidad ante Gabriel, sin embargo fue imposible no derramar una lagrima de despedida, me sentía devastado, solo quería despertar de ese mal sueño, pero poco a poco notaba que era todo realidad.
-       Me voy, fueron momentos muy listos pero no puedo seguir adelante.

     Gabriel giró el picaporte de la puerta y lo giro en el momento en que esta quedo completamente abierta puso un pie fuera de la habitación, se voltio una vez más para decirme adiós y que lo sentía y nuevamente me dio la espalda, pero yo debía saber algo más y no dude en preguntárselo.

-       Antes de irte, solo respóndeme una cosa, ¿Cuál ha sido mi error?
-       ¡Enamorarte de mí!
-       No te entiendo
-       Haber, aun con todo lo bello que has sido conmigo y a pesar de esos momentos maravillosos que hemos pasado juntos, momentos inolvidables lo juro, todo ha sido hermoso, sin embargo…
-       ¡Sin embargo que!
-       Sin embargo él aún está presente, trate de olvidarlo pero se me ha vuelto imposible hacerlo, por eso no puedo estar conmigo, espero algún día lo comprendas, adiós.
   
  Solo dijo esas palabras y salió de la habitación, sabía que jamás regresaría, que al momento de cruzar la puerta ya nada iba a ser igual, mis ojos se nublaron completamente y las lágrimas no se hicieron esperar. Lo había perdido para siempre, escuche el sonido de su moto, mire por la ventana y lo vi alejarse, para jamás volver.